miércoles, marzo 03, 2010

Franklin y Orlando, Hugo y Fidel.



He estado pensando en el parecido de las barbaries cometidas por los gobiernos venezolano y cubano, a propósito del caso del señor Orlando Zapata, ex-ciudadano de Cuba (que en paz descanse), y la lucha por un derecho (el de propiedad) de mi paisano Franklin Brito. Y es que el "efecto Zapata" pica y se extiende fuera de los límites de la isla, ¡gracias a Dios!

Lamentablemente, con el punto y final de su vida, el señor Orlando hizo que el mundo entero volviera su mirada sobre Cuba y el infierno en el que vive su gente. Su tragedia monopoliza la blogosfera, en particular "la nueva" del frente popular español, informa el diario ABC. Aunque a decir verdad, el mundo siempre los tiene en la mira. Quizá a eso se refería el actor español Willy Toledo (de la película El Crimen Ferpecto) cuando a raíz del caso dijo: "en este país (España) y en Europa en general, hay una especie de persecución obsesiva y paranoide contra el gobierno cubano". De cualquier manera, hay razones de sobra para vigilar "obsesivamente" el gobierno de Castro, porque el día a día en la isla está marcado por represión y violencia abundantes, por actos criminales que no proceden del pueblo, ni de hombres como Zapata (al que el español tildó de "delincuente"), sino de su manda más Fidel, el jefe criminal.

Dos hombres y un camino
Orlando Zapata Tamayo inició su huelga de hambre por la liberación de los tantos presos políticos (alrededor de 200 ahora) que viven los azotes del régimen cubano, en particular por el doctor Oscar Elías Biscet González, quien permanece preso. Esto le trajo como consecuencia un arresto que lo llevó a prisión hasta el último de sus días. Primero se le condenó a tres años, a los que se le sumaron más y más por "desórdenes en establecimientos penitenciarios" (constantes clamores por los derechos humanos), hasta acumular una pena de 36 años de cárcel. Pero sobre todo, se le sentenció la muerte. Su historia en prisión no fue diferente a la de cualquier preso cubano, constantemente maltratado, golpeado, torturado. En total fueron 86 días en huelga y toda una vida en contra del régimen. Desde los años 70 ningún opositor a Castro había muerto de esa manera.

Por su parte, Franklin Brito comenzó su huelga de hambre (con la boca cosida) el 07/07/2005 en protesta por la expropiación de sus tierras por parte del INTI. Cuatro meses después radicalizó la medida y se amputó el dedo meñique izquierdo, demandando al presidente Chávez una investigación sobre su caso. También se movilizó hasta la sede de la OEA en Caracas para proseguir la protesta. Pasados cinco meses sin alimento, con sed, frío, calor y especialmente indignación, el venezolano puso fin a su sacrificio al recibir las cartas agrarias que le devolverían sus tierras, entre otras propuestas.

Pero la positiva respuesta terminó siendo un engaño, por lo que Franklin retomó la huelga, esta vez con un aproximado de 45 kilos menos, pérdida de sensibilidad en sus miembros inferiores, entre otros daños. El 13/12/09 fue trasladado (en contra de su voluntad) al Hospital Militar para "resguardar su integridad física". Desde entonces su esposa está en huelga de hambre a la cual una de sus hijas también considera unirse, y Brito permanece "retenido" (secuestrado) en dicho centro médico, donde se le ha suministrado alimento bajo el efecto de sedantes. Además, fue forzosamente trasladado a la unidad Psiquiátrica en donde no lo recibieron y terminó en cuidados intensivos. Se le ha querido catalogar de "loco", sin embargo sus facultades mentales están plenas. Acaba de retomar otra vez su huelga desde el hospital, decidido a resistirse a cualquier medida que pretenda detenerlo.


Cualquier parecido no es casualidad
Los casos de Brito y Zapata, evidencian no sólo hasta donde es capaz de llegar una persona por defender sus derechos, sino también de lo que un régimen autocrático es capaz de hacer (pisotear hasta el final los derechos humanos) y de los actos que es capaz de impulsar a otros a cometer. Orlando desde la cárcel y Franklin ahora secuestrado en el hospital, han debido llegar al extremo de atentar contra sí mismos para reclamar lo que deberían tener sin problema alguno, libertad y derecho de propiedad, entre otros.

Los parecidos también están en el modo de proceder de los gobiernos cubano y venezolano al enfrentar a aquellos ciudadanos que se revelan -con justa razón- ante los abusos cometidos en su contra. Los casos de Franklin y Orlando, demuestran que Chávez y Fidel recorren orgullosa y desvergonzadamente el camino de la injusticia, por el cual se mantienen hasta las últimas consecuencias, en vez de proceder por la vía justa ante los reclamos de sus sometidos. De ellos son capaces de abusar cada día más, de vejarlos cada vez con mayor fuerza, pero no de tratarlos con dignidad ni de actuar con rectitud.

Además, los dos regímenes buscan manipular la verdad para justificar lo injustificable (1 y 2). Asimismo, intentan desprestigiar a las victimas para deslegitimar su protesta, desde locos hasta delincuentes son las etiquetas que les ponen. Estas estrategias son el perfecto ejemplo del inconmensurable daño que pueden ocasionar las herramientas de comunicación e información en manos de verdaderos criminales, corruptos y enfermos por el poder. Son también una muestra de que Chávez y Castro abusan del poder. Para ambos el fin justifica los medios, un fin que en principio no es sino el cumplimiento de su voluntad (caprichos) sí o sí, y que por tanto, responde a intereses netamente individuales (pese a que dicen ser lo que son por "el pueblo"); y unos medios signados por la ilegalidad, la violencia, la inhumanidad de sus actos.

Luchando por ellos, luchando por todos
No quiero terminar este post como un simple recuento y comparación de los casos de Franklin Brito y Orlando Zapata, paralelamente al de Hugo Chávez y Fidel Castro. Si hay algo que con la investigación para este trabajo me ha quedado fuertemente grabado, no tanto en mi mente como en mi corazón, es que en una sociedad gobernada por líderes autocráticos, quienes luchan hasta dejar su propia vida en apariencia sólo por sus intereses particulares, también lo hacen -en cierta forma- por intereses comunes. Luchan por ellos, pero también luchan por todos, porque los derechos que reclaman y le son negados, esos por los que atentan contra sí mismos, son los mismos derechos que un día a cualquier otro ciudadano le pueden negar.

Evidentemente, ante una violación de derecho cada quien responde como quiere o mejor le parece. Las historias de Zapata y Brito no son casos aislados en cuanto a la cantidad de personas de las que se abusa en los regímenes de Castro y Chávez, pero sí pueden considerarse peculiares por el modo en que las victimas decidieron actuar frente a la violación de sus derechos. No obstante, ellos mismos podrían considerarse "aislados" al no encontrar respuestas similares a las suyas por parte de otros ciudadanos, no sólo como muestra de solidaridad sino también para defender derechos que son de todos.

Es lamentable y vergonzoso cómo las sociedades pueden llegar a "ignorar" (que va mucho más allá de desconocer) los esfuerzos de quienes luchando en principio por sí mismos, alzan la voz por cada uno de sus miembros. Hoy les tocó a ellos y mañana podemos ser cualquiera de nosotros. La pregunta es: ¿seremos capaces de sacrificarnos (por nosotros mismos y por los demás)? o ¿cederemos nuestros derechos por temor, un temor que de todas maneras no cesaría de no arriesgar nuestra vida? Cada quien encuentre su respuesta dentro de sí, pero también en su carácter.

De momento, sólo sé que al no solidarizarnos de algún modo u otro (preferiblemente más con obras que con palabras) con personas como Franklin y Orlando, estamos -implícitamente- rindiéndonos en una batalla que parece librarse sólo con ellas, pero que, como ya dije: se libra con todos. Humanos somos todos y si a uno se le niega algún derecho se le niega a todos. "Ama al prójimo como a ti mismo", pero en este caso y a juzgar por los hechos, si tan poco parecemos amarnos a nosotros mismos, ¿qué bien podríamos causarle al otro que necesita de mí tanto como yo me ame?.

Por otra parte y ya para finalizar, el asunto de cuán solos hemos dejado a estos hombres en su lucha también se cuestiona desde la apatía de líderes del mundo frente a sus historias, en particular sobre el caso de Zapata Tamayo, el cual ya sabemos que ha pasado a mayores consecuencias. Pregunta la escritora Zoé Valdés en su blog: "¿Han oído alguna palabra de algún presidente de la Unión Europea, o del propio presidente norteamericano, o incluso de Nelson Mandela, o de alguna otra personalidad internacional de alto rango, fuera del contexto cubano, reclamar la libertad de este hombre...? Yo no...". Pues la misma esperanza podríamos tener los venezolanos si se radicaliza completamente al extremo cubano el gobierno chavista.


Datos de interés:
- Conoce el caso de otro cubano (colega además) en huelga de hambre. Etapas de su "via crucis": I, II y III.

Augurio:
Willy Toledo será el próximo artista o figurilla de cine que el gobierno bolivariano de Venezuela utilizará como peón de su revolución "bonita", para así unírsele a Sean Pean y Danny Glover. Asimismo, rechazará un papel para la película "El Crimen Perfecto" sobre los regímenes chavista y castrista, basada en hechos de la vida real.

1 comentario:

Ernesto G. dijo...

Excelente tu post. Las semejanzas son más que evidentes. Te sigo leyendo.